Una definición heterodoxa de lo que significa la zona de confort
Has oído hablar de la zona de confort, ¿verdad? El término está en boga. E, incluso, es una palabra a la última en las redes sociales. Ha entrado, junto con resilencia, alimentación emocional o personas tóxicas, en nuestro vocabulario diario. Y parece que para quedarse. Como es frecuente cuando un nuevo (o no tanto) concepto se instala en nuestras vidas, a veces no se utiliza de la forma correcta. Porque la zona de confort, al contrario de lo que pueda parecer el vocablo, no indica comodidad o un estar tan completamente a gusto que pueda parecer que hemos alcanzado el nirvana. Apunta en otra dirección totalmente distinta. Tenemos que definir la zona de confort como ese espacio (psíquico o anímico) en el que te encuentras y no te atreves a moverte o a modificar por diferentes razones. Es el lugar donde te has apoltronado y te impide evolucionar bien hacia la felicidad, bien hacia la consecución de tus sueños, bien hacia la libertad o bien hacia la madurez. La zona de confort te ata a unas costumbres, a un espacio y a una forma de ver el mundo que no te permite cambiar. Se entiende que para bien. Las razones por las que te puedes encontrar pegado a este emplazamiento son múltiples. Puede que te atenace el miedo o que te paralice la pereza o la procrastinación. Esto es, el dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Lo último que significa, por tanto, es que estés a gusto, bien o en consonancia con tu espíritu. En la zona de confort se puede estar sufriendo situaciones terribles: desde abusos emocionales o físicos de todo tipo hasta situaciones anímicas inadmisibles. Si te encuentras allí es porque es lo que conoces y no te atreves a cambiar. La zona de confort es, por poner ejemplos de la vida cotidiana, la que te impide seguir una dieta para luchar contra el sobrepeso o la obesidad. Es la que te imposibilita dejar una relación que no te satisface (tampoco hace falta que sea tóxica). Es la que te coarta a la hora de alcanzar tus sueños (normalmente por miedo). Es la que te susurra que para qué vas a aprender inglés a tu edad. Es la que te persigue diciendo que no merece la pena cambiar. ¿Has visto lo peligrosa que puede ser la zona de confort? Sencillamente, no te deja ser feliz.
¡Abandona tu zona de confort ya! ¡Te damos algunas ideas!
Ni que decir tiene que según el apego que tengas a este emplazamiento así de difícil será salir de este auténtico círculo vicioso. No va a ser lo mismo una persona que ha sufrido un shock de la naturaleza que sea (pero que está acostumbrada a pelear por sus objetivos) que alguien que se abandona a su suerte. ¡No lo hagas! La vida es demasiado corta para pasar por ella como bultos arrastrados en la cinta del aeropuerto. Y la zona de confort es tu máximo enemigo. ¿No puedes? Entonces, tienes que empezar con una rutina e ir imponiéndola paso a paso hasta dar el salto final que te de confianza en ti mism@. Anótate estas 10 ideas:1.- Márcate tu objetivo claramente. ¿Qué quieres hacer? ¿Abandonar una relación que no te satisface? ¿Encontrar trabajo? ¿Ir al gimnasio a diario? ¿Aprender ese idioma que tienes pendiente desde la adolescencia? Sea lo que sea, márcate claramente el objetivo de forma mental.
2.- Apunta ese objetivo claramente en distintas cartulinas. ¡Eh! No valen los papelitos amarillos. Compra una cartulina grande y haz caligrafía. Que se vea bien, que el objetivo lo merece.
3.- Coloca esos carteles tan hermosos que has hechos en los lugares que frecuentas. ¿Ves demasiado la tele y eso te impide hacer algo fuera de casa? ¿Haces demasiadas visitas a la nevera? ¿Te encierras en el baño a rumiar tristeza? Pues allí mismo pones estos avisos que te has preparado.
4.- Ponte en marcha cuanto antes. Cuesta y mucho, pero hay que hacerlo. El primer día un cuarto de hora, el segundo lo mismo, el tercero veinte minutos, el cuarto media hora y el quinto y el sexto. No te saltes demasiados días. No te des mucha tregua. La tregua es la gran amiga de la zona de confort que te impide evolucionar.
5.- Sé constante. La constancia es el único secreto de las personas que triunfan. Ni la suerte ni el talento puede suplir una rutina de trabajo en el sentido que sea. Es el camino que lleva directo al éxito seguro.
6.- Pide ayuda cuando las fuerzas flaqueen. Haz partícipe de tus objetivos a alguien de tu círculo más íntimo y no tengas empacho en manifestar tus flaquezas. También valen las redes sociales pero ¡cuidado! No te estés quejando constantemente de tu falta de voluntad para salir de una zona de confort. Te arriesgas, además, a quedarte sin amigos (ya sean online u offline).
7.- Si te ves débil, apúntate a un grupo de ayuda. ¡Ni te imaginas las personas que comparten intereses que existen en la red! No te de vergüenza.
8.- Da el salto. No te de miedo. Hazlo. Cuando te encuentres fuerte o un día de sol, atrévete a abandonar esa zona de confort que te impide la realización personal.
9.- No des marcha atrás una vez que te pongas en camino. Si en algún momento sientes que no avanzas, piensa que eso es el parón para el impulso final. Sigue adelante. Vuelve aquí y relee esto. Tú te lo mereces.
10.- Piensa en todo momento (sea cual sea el punto que te encuentres) que tu vida es tuya y que mereces vivirla de la mejor manera posible. No hagas caso de los cantos de sirena, de personas que sabes que no te quieren bien o que se mueven por el interés. Escucha tu corazón. Tú sabes que has estado en una zona de confort que te impedía el progreso. Y hablo en pasado porque si has llegado hasta aquí has podido conseguir en todo o en parte tus objetivos. Es difícil, pero el esfuerzo (por los resultados y el camino conseguido) merece la pena.
¿Y qué tal si preparas una mudanza para abandonar tu zona de confort?
Y ahora te propongo algo totalmente novedoso: un cambio de aires en toda regla. En la gran mayoría de los casos, las personas que están atrapadas en una zona de confort que les da infelicidad están también vinculadas a un emplazamiento concreto. Puede ser una casa en particular, un barrio o una ciudad. A veces, es mucho más fácil de lo que parece una mudanza a otro piso o a otra zona. Es sencillamente cuestión de planteárselo y de llevarlo a cabo sin miedos, sin prisas y con constancia. El cambio te va a merecer la pena por estas razones:1.- Sentirás que has dejado atrás aquello que te ataba.
2.- Te permite salir de la rutina y hacerte ver que tú puedes. Te levantará la autoestima.
3.- Es una oportunidad para dejar atrás esas personas que están en tu vida y que no te aportan nada.
4.- ¿Y qué decir de las nuevas amistades? Lo mismo allí están esas personas que suman (en cualquier sentido) y no restan a tu vida.
5.- Te obliga a poner en movimiento el cerebro. Tienes que buscar nuevos sitios para comprar, para pasear, para tomar café.
6.- Una nueva casa es la mejor manera de hacer limpieza en el sentido literal del término. Regala, vende (es muy fácil vía online) o recicla (en los contenedores adecuados) aquello que no te sirve.
7.- A la par es un buen ejercicio de introspección. ¿Por qué no te haces con unas buenas de cajas de mudanza? Las puedes encontrar en internet a un precio competitivo. Las decoras y en ellas guardas aquello que sí te aporta en tu vida. Pueden ser fotos, un libro de colegio o un traje especial. Piensa que es tu nueva vida pero eso no significa que tengas que cortar con todo lo positivo.
8.- En este post te damos algunas ideas para decorar tu nueva vivienda con cajas de cartón. Sentirás que tu vida fluye, que el pasado está ahí pero que estás dando una nueva oportunidad a tu paso por este mundo.
9.- Deja que entre la luz en tu nueva casa. Pon una decoración a tu gusto. Ilumina con calidez y deja que se filtre la claridad por las ventanas. Ya sea un espacio grande o pequeño, inúndalo de color y alegría. No lo recargues con cosas inútiles.
10.- No te quedes en tu flamante vivienda. Sal a la calle. Busca nuevos amigos (ayúdate con las aplicaciones online). Habla con los vecinos. Haz saber que vives allí. Reflexiona sobre tu antigua zona de confort y haz una obra de arte con tu nueva casa y con tu nueva vida. Esta mudanza se va a convertir en el principio de tu nueva vida.
Recuerda…Una mudanza con tranquilidad, sin prisas, sin huídas, con reflexión es la mejor manera de abandonar esa zona de confort donde si no te sientes feliz.